viernes, 9 de octubre de 2015

IMPLANTACIÓN DE LA PARTICIPACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES

Son muchas y muy variadas las estrategias de implantación, y la especificación del tiempo y del espacio afectados resulta capital. Se distingue entre tener una visión a largo plazo a la hora de implantar estas estrategias, o reducirlas a implantaciones puntuales, en ocasiones asociadas únicamente a momentos de crisis. El espacio afectado por la introducción de estas puede oscilar entre: a) afectar a individuos aislados, b) a ciertos grupos de empleados o a algunas secciones o departamentos, o c) a toda la organización en su conjunto.

Se destacará una estrategia especialmente relevante y a mi parecer, sencilla de llevar a cabo: los planes Scanlon.

Joseph Scanlon ideó un modelo para compensar las necesidades sociales de los trabajadores, combinado en la práctica con la teoría del aprendizaje. Pretende implicar al trabajador en la solución de problemas que impiden un desempeño eficaz. Siguiendo las sugerencias aportadas por los trabajadores, evaluadas posteriormente por un comité formado por trabajadores y directivos, se generan innovaciones que pueden incrementar el rendimiento y la productividad. Cuando ocurre, los beneficios conseguidos influyen en los salarios.

Implantarlo de forma adecuada requiere que exista un compromiso activo de los trabajadores, mandos intermedios y directivos; que no se aplique parcialmente, haciéndose de manera integral con un proceso de interiorización en los empleados; y que se base en las corrientes humanistas, considerando a los empleados como seres activos dispuestos a contribuir en un proyecto común.
El plan se estructura en dos comités: los de producción, que constan de una jurisdicción correspondiente con cada departamento de la organización y tienen como objetivo fomentar el desarrollo de ideas entre los empleados y evaluar las sugerencias resultantes. Los proyectos aprobados se ponen en marcha, siempre que no sobrepasen un desembolso estipulado y no interfieran con ningún comité de otros departamentos; y los de investigación (génesis de I+D actuales), integrados por representantes de trabajadores sindicales y personas clave de la jerarquía empresarial, cuya función es supervisar los comités de producción, aprobando o rechazando las sugerencias que sobrepasan los límites económicos, recibiendo reclamaciones sobre ideas rechazadas, asegurando que los asuntos tratados se negocien colectivamente, y revisando mensualmente el cálculo de las pagas extras del incremento de la productividad.

El objetivo es aumentar y mejorar la productividad, reduciendo los costes laborales e incrementando los salarios, obteniendo actitudes más positivas en los subordinados, reduciendo absentismo o conflictos, mejorando la comunicación y aumentando la calidad de los productos.


Alba Mª Torrecilla Parra